El camino zigzagueante
que bordea el pintoresco valle de Traslasierra, al sur de Córdoba, une
numerosas poblaciones que son una caja de agradables sorpresas para el
viajero desprevenido. Las Chacras es la puerta de entrada de un trayecto
perfumado por infinidad de hierbas aromáticas y labrado por las manos de artesanos
que hicieron de estos parajes, su lugar en el mundo.
El camino zigzagueante que bordea el pintoresco valle de Traslasierra, al sur de Córdoba, une numerosas poblaciones que son una caja de agradables sorpresas para el viajero desprevenido. Las Chacras es la puerta de entrada de un trayecto perfumado por infinidad de hierbas aromáticas y labrado por las manos de artesanos que hicieron de estos parajes, su lugar en el mundo.
Pequeños pueblos surgidos en el crepúsculo de las riñas entre unitarios y federales, que azotaron nuestra historia como tantas otras pujas dramáticas y feroces, se desperdigan a lo largo y ancho de todos los valles cordobeses. Sus actuales habitantes tienen un pasado más heroico y legendario aún: pisan el suelo de las sierras de los comechingones, un pueblo que luchó hasta el último minuto contra su propio exterminio y hoy en día es fuente de un imaginario casi mitológico.
El poblado
de Las Chacras que se encuentra a escasos 14 km de Merlo, casi en el límite con
la provincia de San Luis, es de paso obligado para todos aquellos en la búsqueda del
contacto con la parsimonia de gente que gusta del andar tranquilo, casitas con
las puertas cerradas durante siestas infinitas y perros distraídos que no
sienten la necesidad de custodiar ninguna esquina. Allí se extiende un
microclima que es privilegio de esta región del país y bosques vírgenes que
ocultan sorpresas para el visitante que se anime a recorrer sus senderos. Como
por ejemplo el Museo del Libro, único en su especie por custodiar un tesoro de
más de 400 libros incunables en medio de las sierras.
Para vivir
en equilibrio con el entorno agreste que caracteriza a esta población y sus
localidades vecinas, La Paz y Loma Bola donde se encuentra el cerro del mismo
nombre; los pobladores eligieron construir sus casas respetando el curso de los
arroyos de montaña que pueden bordear la morada regalando el murmullo constante
del agua en movimiento, llevar adelante huertas orgánicas o dedicarse a
actividades artísticas y artesanales: confección de mandalas, muñecos de trapo
y elaboraciones textiles de tipo artesanal.
El espíritu
comunitario se hace presente en lugares tan queridos y pequeños donde todos
pueden abrazar una misma causa. Es así como surgió la idea, entre los vecinos
del pueblo, de organizarse para montar una radio comunitaria, FM Las Chacras,
que suena en el aire de las sierras desde el 2009. Lejos de contar con inversión
privada, todo se realizó a pulmón y con mucho esfuerzo, a través de la colaboración
de amigos de la radio y de eventos mensuales a los que asiste toda la comunidad,
que suelen llamar “la pechada”, con el objetivo de recaudar fondos.
El habitante
de la sierra, tanto aquel que asentó su hogar en el valle como los que todavía
se animan a vivir cerca del filo de la cumbre, saben que los desafíos son
muchos y con ellos conviven día a día. Quizás intentan seguir el ejemplo del
águila, animal que eligieron los comechingones para poblar sus leyendas, y que
se caracteriza por ser el único ave que decide atravesar la tormenta para poder
volar sobre ella y, de esta manera, llegar más cerca del sol.
Se pueden
seguir las novedades de FM Las Chacras a través de su sitio:
Se puede obtener información del Festival de Cortos de Traslasierra en:
Y acá se puede encontrar alojamiento como en casa:
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